lunes, 13 de septiembre de 2010

Sublime Gracia y la historia de baby Isabella

En estos precisos momentos una de mis más queridas amigas está pasando un momento muy difícil. Lo que tenía pensado escribir pues puede sufrir muchas modificaciones porque me encuentro algo afectada por lo que ha pasado.

Por donde empezar, creo que por algo que ya me había rondado la cabeza, y bueno gran parte del contenido que tiene este blog, las películas que veo, los libros que leo, la música que escucho, los programas de tv que no me pierdo, las platicas que tengo, y las cosas que observo tienen implícitas algún grado o tipo de amor. Pero en que consiste el amor? si esa palabra de cuatro letras que este último año "aparentemente" me daño la vida.

Ayer o bueno antier, porque a estas horas ya es lunes, fui con un grupo de amigos al hospital del niño poblano ( de la ciudad de los camotes, obvio) ya que tenemos la intención de formar un grupo de voluntariado, y aunque ya había ido varias veces, en esta ocasión algo fue diferente. Tuve un encontronazo con el amor. Allí en una camita, con varias sondas, mucho dolor  y un llanto constante, está Isabella, de 7 meses y pocos días... y al lado de ella con mucho más dolor en el corazón esta Elvia, su mamá, quien daría su vida porque su hija no pasase por este dolor y con gusto se pondría en su lugar. Al lado está otra bebé de 2 años, que se llama Brenda, su mamá está pálida de no dormir y no comer bien por estar al lado de su hija, a quien  operaron de la cadera. Ellas me sonrieron, y agradecieron con tan buen modo nuestra visita. Ellas esperan un milagro, las abracé y la verdad no recuerdo ni bien que fue lo que les dije porque no había una palabra en mi mente que dimensionara su dolor, su desesperación, por un breve momento lloré con Elvia como si Isabella fuese mi hija y me frustrara verla allí en la cuna en lugar de tenerla en mis brazos, sentí el cansancio de la mamá de Brenda y el peso de las malas comidas, las noches en vela y extrañar a su otra pequeña que tuvo que dejar en Tlapa.

Y aunque suene deprimente, no saben, la sensación de paz  gozo que tuve al salir de ese lugar, yo creo que en eso consiste el amor, en dejar de concentrarse en los problemas de uno y comprender las penas de  la persona que tenemos al lado, de nuestro prójimo. Aunque regrese a hacer tarea y no salí en toda la tarde de sábado, aunque la tarde estuvo lluviosa y tristona, aunque escuchará la canción mas cortadora de venas posible, la paz que me dio dar ese pequeño momento me bastó para todo el día, para dormir tranquila y levantarme de buenas, para tener ganas de disfrutar lo que tengo, para agradecer que mi vida no es en vano.

Hay una canción de no doubt que me gusta mucho, se llama the simple kind of life, y siempre me había identificado con ella,  sobre todo en la parte que dice: I always was the one with all the love ... y me entristecía tanto pensar en ello, pero desde ayer decidí invertir todo el amor que pueda tener en hacer algo para ayudar a mi vecino, a mis amigos, a mi familia, a mi prójimo. Tal vez esto suene muy del estilo"el buen samaritano" pero creanme, hasta que no lo vives, lo experimentas, no hay satisfacción más perdurable que aquella de saber que has dado hoy algo de ti a los demás, que por mínimo esa gente te recordará con una sonrisa.

Y ahora ese mismo amor que me había destrozado la vida (que dramático suena eso), al conocerlo de manera diferente, verlo desde otra perspectiva, me reconstruyo la esperanza y me dio la ilusión de un propósito. Me hizo ver la vida a la luz de la eternidad. A la luz del Dios tan maravilloso en el que creo.
Lo siento para quienes esto este ya demasiado "espiritual o religioso" pero no podía dejarlo pasar. He estado leyendo últimamente las reflexiones de la Madre Teresa, a quien personalmente admiro más allá del típico cliché, les comparto las que más me han impactado:

                "La experiencia que me hizo decidirme a trabajar dedicada a los más pobres, fue un 10 de Septiembre del 1947, cuando caminando por las calles de Calcuta tropecé con el cuerpo de una mujer moribunda, la levanté, caminé hasta un hospital cercano y pedí una cama para ella; la mujer murió en esa cama, la primera, la única y la última cama que tuvo en su vida. Esta imagen me seguía y me preguntaba porque Dios permitía eso, en el silencio de la noche encontré la respuesta, Dios me dijo: `claro que he hecho algo para solucionar esto, te he hecho a ti`".


Hoy tuve una tarde difícil, angustiosa tal vez, y me duele que alguien a quien quiero y aprecio mucho tenga que pasar por momentos tan duros, pero al final Dios ha sido fiel y lo seguirá siendo, y sé que no la dejará sola, y que sobre todo el dolor que pueda haber en el mundo, cuando uno se esfuerza, encuentra amor, amor puro, sin segundas intenciones, sin caprichos, sin condiciones, amor que sana, que libera y que hace crecer. Y lo bello de esta noche es que a pesar del dolor y el pesar, el amor sigue estando sobre todo eso y me da consuelo.


No se desanimen por hacer cosas pequeñas, hagamos nuestra parte. Ámenos bien, con todo el corazón, con todas nuestras acciones, con todo lo que somos.


A veces sentimos que lo que hacemos es sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltará una gota.
Madre Teresa de Calcuta.

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